Albania, país en transición

Hace diecisiete años Albania vivía completamente aislada del resto del mundo. Hoy
asoma al horizonte la integración en la Unión Europea. Pero todo proceso de transición conlleva sus puntos de conflicto.

Bushat, norte de Albania
Un muro de varios metros, con una puerta gris, de hierro, rodea la casa de Besian. La ventana de su habitación está tapiada con ladrillos, y en el patio hay tres perros guardianes. Este joven de trece años no ha puesto nunca un pie fuera de su casa, por temor a ser asesinado. Para matar el tiempo, Besian ve mucha televisión, a ser posible películas albanas o fútbol extranjero; la selección francesa, les bleues, es su favorita absoluta. Y tres veces a la semana viene una profesora a dar clases a Besian. Completamente apartado del mundo exterior, Besian vive con su hermana, su madre, tía, primo, prima y abuelos. Su padre y sus dos tíos fueron asesinados a causa de una enemistad entre familias en la que su familia se vio implicada por una pelea sobre la posesión de unas ovejas.
Desde la caída del régimen comunista en 1991, ha revivido de nuevo en el norte de Albania la vieja tradición del Kanun (el libro). El Libro, que ya tiene más de quinientos años de antigüedad,
regula todos los aspectos de la vida diaria. El párrafo más conocido establece que “la sangre se deberá vengar con sangre”
« La mayoría de las reglas del Kanun son buenas para el pueblo albanés”, dice Gjin Marku, presidente del Comité por la Reconciliación Nacional, una ong que se dedica a mediar en casos de venganzas de sangre relacionadas con el Kanun. “De hecho, el Kanun intenta evitar asesinatos. La mayoría de las reglas pretenden la paz y la reconciliación. Pero el problema es que la gente no conoce el Kanun. Creen que aplican la ley correctamente, pero utilizan una interpretación errónea, y por eso siguen produciéndose los asesinatos”. Así, el Kanun establece que las mujeres y los niños no deben verse implicados en una venganza de sangre. Esto ‘reconforta’ mucho a Besian.
El intento de mediación del Comité por la Reconciliación Nacional, que según sus
propias fuentes, resuelve un conflicto de cada dos, no ha tenido éxito en este
caso. 
Según Gjin Marku, en Albania ya han sido asesinadas 6.000 personas como
consecuencia de venganzas de sangre, y viven 1.300 familias aisladas en sus casas.
Las cifras son difíciles de controlar, pero es un hecho que el Kanun  está vivo y  vigente en una serie de zonas del norte de Albania. Marku: “Durante el régimen
comunista el Kanun estuvo estrictamente prohibido. Quien vengara con sangre podía
ser ejecutado”. Por la caida del comunismo y el derrumbe de un generalizado sistema
de economía piramidal que llevó a la ruina a muchos albaneses en 1997, el país se
vio sumergido en una completa anarquía. Marku: “Las instituciones eran débiles,  la
democracia y los derechos humanos unos desconocidos, y las leyes no existían o no
se respetaban. Por ejemplo, la famosa ley 7501, que regula la propiedad del suelo.
Como hay muchos ciudadanos albaneses que no admiten esta ley, siguen habiendo  disputas por la propiedad del suelo que terminan en conflicto. La gente se
aferra al Kanun para resolver las situaciones, sobre todo en el norte, aunque la
influencia psicológica del libro se extiende  por todo el territorio albanés. El
Kanun, aquí, es más importante que la Biblia y el Corán”.
Besian nos enseña su casa, que huele a pan recién horneado. En la pared, cuadros con las fotos de sus familiares asesinados. Fuera, en el patio de veinte metros por diez, hay una fuente
y un manzano. Los gatos juegan entre la vid, al fondo se asoma la mezquita de
Bushat. La familia de Besian vive de lo que produce, y de una dotación mensual de la
iglesia, de unos veinte euros. El joven mira hacia el muro. “A mí me gustaría jugar
en un equipo de fútbol de verdad”, dice, tímido. “Pero eso no puede ser. No me
dejan cruzar la puerta. Demasiado peligroso. No creo que llegue a ser libre alguna vez”. Gjin Marku es más optimista, y piensa que la influencia del Kanun se irá diluyendo según aumente el  nivel de bienestar en Albania.  « La pobreza y la falta de formación académica juegan sin lugar a duda un papel en la resurrección del Kanun. Yo creo que la mentalidad de la gente cambiará cuando
mejore la situación económica en Albania, y los tribunales sean más fuertes ».

Lazarat, sur de Albania
A unos 25 kilómetros de la frontera griega se levanta la reseca sierra de Gjërë en medio de un paisaje pintoresco. Cerca de Gjirokaster (hogar del ex-lider comunista Enver Hoxha y del escritor Ismail Kadare), el color de la montaña cambia repentinamente  del seco al verde.  El oasis, un triángulo
equilátero según las imágenes por satélite de Google Maps, define los contornos del
pueblecito Lazarat, un nombre famoso en toda Albania. Desde hace decenios, sus
habitantes tienen fama de rebeldes.
Durante el régimen comunista, los habitantes de Lazarat (tradicionalmente bastión de la derecha) tenian una vida muy dura.  Pero después de 1991, muchos de ellos consiguieron trabajo en el puesto aduanero en la frontera griega. Hasta que tras el siguiente cambio de gobierno perdieron sus trabajos, y  encontraron refugio en el cultivo de cannabis. Desde entonces, el pueblo sobrevive
como el mayor productor de cannabis de todo el país -con la consecuente fama que
esta actividad conlleva; Lazarat funcionaría como una especie de ciudad sin ley en la que la autoridad albanesa no tiene control, y donde ni policía ni los extraños pueden entrar. La fama se vio confirmada en agosto del 2004 cuando los habitantes del lugar dispararon contra un helicóptero de la policía italiana que sobrevolaba los campos de cannabis haciendo fotos aéreas.  
A través de terceros, y después de muchos contactos previos, conseguimos que nos permitieran una visita excepcional a Lazarat. “Tome en Gjirokaster el minibús a Lazarat”, nos dijeron por teléfono  aquella mañana de domingo a finales de septiembre. Hasta que, a la hora de la
verdad, todos los contactos saltaron  de pronto en el último momento: “Puede entrar en
Lazarat, pero los riesgos corren por su cuenta. Nosotros no podemos garantizar su
seguridad”.Fin de la visita a Lazarat.  “El problema es que en esta época se cosecha el cannabis, y los mirones no son bienvenidos”, nos dice Eugjëllush Serjani, correspondiente local en
Gjirokaster del periódico albanés Shqip. “A los extraños solo se les deja entrar
para asistir a un entierro”.
Según el periodista, desde 1998 se ha producido un boom en el sector del cultivo del cannabis, y este año se cosecharían unas 60.000 plantas. “Se calculan unos beneficios de treinta millones de euros. Las semillas para esta cosecha, por cierto,  fueron importadas de Holanda. Toleran bien el
microclima de Lazarat. El cannabis ya cosechado se exporta a Europa a través de
pasos sin vigilancia en la frontera griega. “Lazarat es el pueblo mas rico de
Albania. El cannabis les ha cambiado la vida radicalmente. Gracias a sus ingresos,
los habitantes pueden enviar a sus hijos a colegios de Gran Bretaña y Estados
Unidos. Algunos han dejado el sector y se dedican ahora a actividades legales:
importación de alimentos y bebidas, materiales de construcción…” La policía,
fuertemente armada, vigila la carretera a las afueras de Lazarat. Serjani: “La
policía no puede entrar en Lazarat. Al menos no para intervenir en los asuntos del
cannabis, sí para otros temas como robo o asesinato. En agosto la policía decomisó
en los alrededores de Lazarat diez camiones, para cortar el transporte de agua.
Cada año intenta la policía alguna acción concreta de este tipo. Sin éxito: el cultivo continúa. La policía tampoco quiera echar más leña al fuego, y prefiere evitar el conflicto armado con Lazarat. Pues los habitantes del pueblo tienen Kalashnikovs.
Durante el régimen comunista una unidad militar estaba estacionada en Lazarat, con depósito de
armas”. Serjani señala que no se debe estigmatizar a toda Albania por un sólo
pueblo. “Además, yo creo que el problema de Lazarat terminará desapareciendo por si
mismo, cuando Albania  comience a progresar económicamente. Los hijos de los
campesinos del cannabis, formados en el extranjero, trabajarán quizás algún día
para la Unión Europea”.
En el 2004 el incidente con el helicóptero demostró para la Unión Europea que “la lucha contra la criminalidad organizada y la corrupción es un punto crucial en el que se debe avanzar notablemente, porque si no, la integración estará en peligro”.  Actualmente el tono se ha suavizado. “No está bien que exista un pueblo fuera del control del gobierno y de la justicia”, dice Helmut Lohan,
embajador de la Comisión Europea en Albania. “Pero un pueblo es un pueblo. Y estoy convencido de que, con el paso del tiempo, cuando Albania sea ya miembro de la
Unión Europea, el capitulo Lazarat se resolverá por sí mismo”.
Tirana, Albania Central
Una tarde de viernes. En la central Plaza Skanderbeg de la capital, se
reunen miles de albaneses (sobre todo seguidores de la oposición de izquierda)
para protestar contra el gobierno del Primer Ministro Sali Berisha. El motivo de la
marcha es el accidente de coche sufrido por el empresario Kosta Trebicka, que murió
a mediados de septiembre, a plena luz del día, en un tramo recto de carretera.
Trebicka fue quien estableció hace un par de meses en el New York Times la relación
entre personas cercanas al gobierno Berisha, el tráfico de armas entre Albania y
Afganistán, y las trágicas explosiones de un depósito de armas en Gerdec en marzo del
2008. Entre los manifestantes prevalece la opinión de que el accidente de Trebicka,
testigo principal, tuvo lugar justamente en un momento muy oportuno para ciertos
mandatarios. Además, la tragedia de Gerdec en sí misma (hubo 26 muertos, y varios
cientos de personas resultaron heridas o perdieron sus casas), suscita muchas
dudas. Porqué el gobierno designó a una empresa privada para la destrucción de munición militar con varios decenios de antigüedad ?  Y porqué la desmantelación de dicha munición tuvo lugar en
medio de un barrio residencial, a escasos quince minutos de la capital, y encima
fue llevada a cabo por personal no cualificado?
Se callan todos cuando Edi Rama sube al podio a la cabeza de la manifestación, el altísimo y carismático alcalde de Tirana y al mismo tiempo líder de la oposición en Albania. “Si Kosta
Trebicka hubiera muerto en un país de la Unión Europea como Alemania, Inglaterra o
Francia, nadie hubiera sospechado que su muerte podría no ser un accidente. Pero en
Albania todo el mundo piensa en primer lugar que la muerte de un testigo principal
tiene que ser un asesinato, sin considerar otras opciones”, se dirige Rama a la
masa de manifestantes. “Nuestro problema no es si el Primer Ministro Sali Berisha
tiene o no algo que ver con la muerte de Trebicka. Nuestro problema es que Berisha
tiene algo que ver con la muerte de la esperanza”.
Entre los manifestantes se encuentran también seguidores de Mjaft. Esta ong, financiada por varios países occidentales, se encarga desde el año 2003 de vigilar con lupa la gestión política albana. Mjaft
actúa como asesor jurídico para algunas victimas del desastre de Gerdec. “El mayor
problema en Albania el día de hoy es que las instituciones no son independientes”,
dice el portavoz de Mjaft, Ervin Qafmolla. “La gente ya no cree más en ellas.
Cuando a la política no le gusta un determinado juez de instrucción, se le
sustituye. El sistema falla. También la continuidad en la administración es un
problema. Cada vez que un nuevo partido político llega al poder, cambia toda la
administración anterior. Quienes trabajan para la administración saben a ciencia
cierta que sus puesto solo les va a durar hasta las siguientes elecciones. Por eso
intentan acumular la mayor cantidad de dinero posible durante ese periodo de
trabajo. La consecuencia es corrupción, a todos los niveles”.
En el último índice de percepción de la corrupción de Transparency International, Albania saltó del
puesto 105 al 85, pero hay cada vez mas pruebas que dejan claro que la corrupción
es un tema del día a día.” Albania no es Polonia. El resurgimiento del Kanun en el
norte, el cultivo de cannabis en Lazarat y la cuestión Gerdec son sintomáticos del
periodo de transición en el que se encuentra Albania, el paso de la anarquía post
comunista hacia una democracia que funcione bien, con instituciones fuertes y una
economía sana. El camino recorrido para llegar a donde están ahora ya ha sido largo. Durante
decenios, todo el país vivió completamente aislado del mundo exterior. Durante un
tiempo, Tirana ni siquiera mantuvo contactos con la Unión Soviética o con China.
“En realidad, lo que Albania ha conseguido realizar en los últimos 17 años es
increíble”, dice Fethullah Güllen, embajador de las Naciones Unidas en Albania.
“Otros países han necesitado cientos de años para realizar estos mismos cambios”. Güllen
recalca que no se debe comparar a Albania con otros países del Este de Europa. “Esto no
es Polonia. Los albaneses tuvieron que comenzar literalmente desde cero. Hace
diecisiete años, casi no existían instituciones. Repito: la evolución de un país
que se mantuvo aislado durante decenios hasta llegar a lo que es Albania hoy, es
notable. Con todas sus imperfecciones y sus desafíos”. 
Albania está hoy en el lugar número 68 del índice del desarrollo humano de la ONU, después de Bosnia y Rusia. Así pues, Albania es uno de los países menos desarrollados de Europa, con
sólo Macedonia y Moldavia a un puesto más bajo. Aun así, las prestaciones económicas de estos
años pasados son esperanzadoras. Güllen “Durante los últimos seis años la economía
creció al menos un cinco por ciento al año. Por supuesto, juegan en ello un rol
importante los envíos de dinero procedentes de los albaneses del exterior. Envían
cada año algo así como un billón de dólares, que viene a ser el siete por ciento
del producto interior bruto”.  Helmut Lohan, embajador de la Comisión Europea: “En
el eje Tirana-Dürres se ven surgir empresas nuevas casi cada día. Esto significa
que hay iniciativa empresarial, que la actividad económica existe, que hay gente
que espera conseguir beneficios. Hay esfuerzos enormes en el sector de la
construcción en Tirana y sus alrededores –lo que en si mismo también es una señal
de confianza en las perspectivas económicas en el futuro”.
En la clasificación del Banco Mundial, Albania ha pasado de la lista de los países con bajos ingresos, a la de los países con medianos ingresos. Según la Cámara de Comercio albanesa, las
inversiones crecieron en Albania en un cuatro por ciento. Para atraer aun a más
inversores extranjeros, el gobierno Berisha ha puesto en marcha distintas medidas.
Así, desde hace dos años, las empresas pueden comprar terreno por nada más que un
euro por metro cuadrado, y también los derechos de registro de las empresas están
fijados en la simbólica tarifa de un euro. Y además, desde principios de año, el
impuesto sobre los beneficios empresariales ha pasado del veinte al diez por
ciento.
Las políticas económicas de Berisha son bien recibidas en el Banco Mundial:
en el informe recientemente publicado Doing Bussines, que analiza las facilidades
para emprender negocios, se alaba a Albania como uno de los mayores reformadores
del año pasado. Lo que realmente no significa que en Albania comenzar un negocio
sea cuestión de coser y cantar. El mayor obstáculo lo suponen los derechos de
propiedad del suelo, que suelen provocar disputa. Puede ocurrir que hoy compras un
terreno, y que mañana aparece un tercero a reclamar su propiedad. Además, las
infraestructuras en toda Albania necesitan ser mejoradas. Algunas carreteras
están en tan lamentable estado, que para un tramo de doscientos kilómetros se
necesitan al menos seis horas de conducción. Por no hablar de la red eléctrica, que
cae regularmente por un par de horas incluso en la capital, Tirana. Pero a pesar de
todos los obstáculos, Albania tiene buenas posibilidades de crecimiento.
Una de las bases más importantes para el futuro se encuentra en el sector turismo. Albania
está situada entre Italia y Grecia, tiene un clima ideal y una maravillosa línea
de costa adriática de 362 kilómetros. Además, el país cuenta con una rica historia,
de la cual se encuentran huellas en sitios arqueológicos del periodo greco-romano,
o ciudades como Berat y Gjirokaster. Y están tambien las montañas del norte. Albania
tiene pués todo lo necesario para unas vacaciones playeras, excursiones culturales,
o turismo de aventuras.
El horizonte europeo
En Tirana, donde hace diecisiete años las familias se las tenían que apañar con una ración de cinco huevos, un kilo de carne y cien gramos de café por semana, encuentras el día de hoy los mejores
restaurantes con excelentes pastas, pescado fresco y buen vino. Las fachadas grises
han sido calafateadas en colores vivos, las carreteras renovadas, las cientos de
viviendas ilegales han desaparecido, y por todas partes circulan Mercedes, en
Albania eL símbolo del estatuto personal y de riqueza. Durante el día se percibe un
ambiente rebosante, y por la noche, como extranjero, puedes pasear tranquilamente
por las calles. Tirana está viva, y esto es en parte gracias al esfuerzo del alcalde,
Edi Rama.
Rama tiene su impresionante oficina en el ayuntamiento de Tirana, junto a
la mezquita central y la plaza Skanderberg. Por todas partes hay libros, cd’s y
rotuladores (Rama no esconde sus antecedentes artísticos). Para muchos albaneses
Rama representa (con sus ideas renovadoras y su estilo seguro de sí mismo) la
esperanza del futuro. Si consigue unir la dividida oposición de izquierda, tiene
posibilidades de alcanzar el poder en las elecciones parlamentarias del año que
viene. “Cuando llegué a la alcaldía en el año 2.000, nadie creyó que Tirana
cambiaría. Hace ocho años Tirana era un espacio caótico con construcciones por
todas partes, y sin espacios verdes ni parques públicos, ni siquiera podías tomar
fotos bonitas. Era un desierto. Pero hoy la capital tiene una fisionomía
mediterránea con barrios y plazas intrigantes. Nada es imposible. Nadie me pide que
convierta Albania en una Bélgica o una Suiza en ocho años, pero hacer de Albania un
país donde las personas puedan vivir en seguridad y dignidad, eso es posible ». Rama
subraya que, para ello, es imprescindible el apoyo de la Unión Europea. “El camino
de Albania hacia la U.E. es difícil de recorrer, en parte esto tiene que ver con la
historia. Esta parte de Europa tiene que ser ayudada en el proceso de integración. Nos
tienen que ver como un reto europeo, no como un terreno a aislar. Los costes del
aislamiento son mucho mayores que los costes de la integración. Y no me refiero
solo a Albania, sino a toda la región. Europa tiene que integrar esta región lo más
rápidamente posible, sin laberintos de procedimientos democráticos. Sería terrible
que uno o dos países de la zona se quedaran rezagados. La Unión Europea debe
absolutamente admitir a Servia, Kosovo, Albania, Montenegro, Macedonia y Bosnia.
Porque después de todo, 22 millones de personas no pueden quedarse atrás en mitad
de Europa”.
La perspectiva de la pertenencia europea conforma el motor detrás del
desarrollo albanés, la baliza en el turbulento periodo de transición. En el año
2.006, la U.E. y Albania firmaron un Acuerdo de Estabilización y Asociación, un
primer paso en dirección a la pertenencia. “La U.E. ha repetido reiteradamente su
compromiso de integrar a los países de la región”, declara el embajador Lohan. “El
compromiso político esta ahí, ahora les toca a los paises candidatos cumplir con
los requisitos de ingreso. En Albania ya han progresado mucho, pero este progreso no esta
repartido uniformemente por todas sus regiones”. Según Lohan, aún queda mucho por
hacer en terrenos como justicia, y en la lucha contra la corrupción. “Pero es
imposible transformar de un día para otro la situación actual en un paraíso. Mire,
Albania es un país extremadamente hermoso, tiene una población extremadamente amable y
abierta. Tenemos que acercarlos a nuestros estándares, porque esto es también lo
que los albaneses quieren. Albania ha conocido una progresión tremenda desde 1991,
y debemos realizar todos los esfuerzos posibles para ayudarles a acercarse aun
mas”.             



KIT DE IDENTIDAD DE ALBANIA.
SUPERFICIE: aproximadamente misma superficie que
Bélgica (unos 30.510 km2)
POBLACION: 3.6 millones (se calcula que 1 millón de albaneses viven en el extranjero, de los cuales 600.000 en Grecia, y 200.000 en Italia.
RELIGION: 70% de musulmanes, 20% ortodoxos albaneses, 10% católicos
romanos. Albania es conocida por su tolerancia religiosa y forma en este sentido
un punto de estabilidad en los Balcanes.
ECONOMIA: seis de cada diez albaneses viven de la agricultura, frecuentemente de cultivos a pequeña escala, o de la ganadería. Textil y zapatos son los productos más importantes para la
exportación. Los principales socios de negocios son Italia, Grecia y Alemania,
que reciben el 85% de la exportacion albana.
POLITICA: Bamir Topi, presidente desde julio del 2007 y Sali Berisha Primer Ministro desde el 10 de septiembre del 2005.
INTERNACIONAL: en 2006 la Union Europea y Albania firmaron un Acuerdo de Estabilidad y Asociacion, un primer paso en direccion a la pertenencia a la E.U. En la cumbre de la OTAN de abril del 2008, fue aprovada la entrada de Albania en la OTAN.

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