De nuevo operativo la Cuarta Flota Americana

Desde el 1 de Julio, la Cuarta Tropa norteamericana está de nuevo operativa. El establecimiento de esta flota data de la Segunda Guerra Mundial, cuando cazaba submarinos alemanes en las costas atlánticas y del Caribe. La Cuarta Flota fue consecuencia del Acuerdo de Apoyo Mutuo de 1949.”Por acuerdo, se confió la seguridad de todo el continente al ejército norteamericano, que se apoyó para ello regularmente en los ejércitos nacionales”, dice el general en retiro Alberto Mueller Rojas (consejero muy cercano del presidente Hugo Chávez). Mueller Rojas, vicepresidente del nuevo partido socialista venezolano (PSUV), estuvo recientemente en el Transnational Institute de La Haya para una conferencia sobre la Cuarta Flota y el Consejo de Defensa Sudamericana.
Nuevos poderes, nuevos equilibrios.
“Se dice que la Cuarta Flota será sobre todo simbólica”, sonríe entre dientes el general, “pero llevará a bordo buenas bombas”. Concretamente se trata de una docena de enormes portaaviones, cada uno con capacidad para noventa aviones de guerra supermodernos y dos reactores nucleares. La presencia de dicha flota va acompañada de ejercicios militares (Operativos Nuevos Horizontes), que ya estaban en marcha en América Central. Según el comunicado del Pentágono, el nuevo despliegue de la Cuarta Flota muestra “el compromiso de los Estados Unidos con respecto a sus aliados regionales”. La prensa local en los Estados Unidos cita otras razones: el fuerte crecimiento económico de Brasil, el incremento de las actividades comerciales en un Canal de Panamá sobre el que los Estados Unidos ya no tienen el control, la edad de Fidel Castro, y la ‘beligerante’ actitud de Venezuela.
Además de la Cuarta Flota, Estados Unidos tiene una serie de bases militares estables en la región, las Forward Operating Locations, FOLs. Estas se establecieron en 1999, cuando Estados Unidos tuvo que ceder a Panamá el control sobre la zona del Canal, zona donde se encontraba establecido su Comando Sur. El Comando Sur fue sustituido por una serie de bases militares en Aruba, Curaçao en las Antillas Holandesas, y por la base aérea de Manta en Ecuador. Los contratos sobre estas bases se terminan el año que viene. Ecuador ya ha dejado saber que no está dispuesto a prorrogarlo. Muy probablemente, la base aérea será desplazada de Ecuador a La Guajira en Colombia (con Venezuela de frente en el visir). También hay que renovar o sustituir los contratos de las bases de Aruba y Curaçao. Mueller Rojas conversó con el ministro holandés de Asuntos Exteriores, Maxime Verhagen, y seguramente abordaron el tema.
Consejo de Defensa Sudamericano.
En toda la región, incluyendo México, América Central y el Caribe, el presupuesto para gastos militares ha crecido de los 25 mil millones de dólares en el 2003, hasta los 38 mil millones de dólares del 2007, según el influyente Institute for Strategic Studies de Londres. Sobre todo el presupuesto militar de Brasilia, Colombia, Chile y Venezuela ha crecido considerablemente, y Brasil prevé un aumento del cincuenta por ciento en hardware militar entre el 2008 y 2011.
Por una parte, estos aumentos en el gasto militar son un movimiento de adelantamiento; desde el regreso a la democracia en los años ochenta, los países en cuestión redujeron drásticamente sus presupuestos de defensa- lo que hoy se da es la actualización de material anticuado. Además, un efecto del crecimiento económico es que los países pueden gastar más en armamento. Y también  se dan situaciones en las que hay que defenderse. Debido a sus relaciones con las FARC, Venezuela se siente amenazada por Colombia, aliada de los Estados Unidos, y equipada con el material militar más moderno.
A su vez, Chávez ha dejado saber que está dispuesto a intervenir en Bolivia si las provincias del este se convirtieran en una amenaza para el proceso que el presidente boliviano Evo Morales puso en marcha. El gesto más llamativo de acercamiento en Sudamérica fue el de Chile, que a mediados de junio firmó un acuerdo de colaboración militar con Bolivia. Este acuerdo llega después de más de un siglo de tensiones sobre el reconocimiento de las fronteras comunes. Plenamente en esa línea de acercamiento regional, a finales de mayo, durante la fundación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Brasil lanzó un plan para la creación de un Consejo de Defensa Suramericano. Para primeros de septiembre debe estar preparado el borrador, aunque Colombia se niega de momento a participar en dicho Consejo.
La silenciosa metamorfosis de América del Sur.
América del Sur no sólo tiene un proyecto político que defender. También tiene que proteger sus cruciales y estratégicas riquezas: valiosas materias primas, reservas de agua dulce y de combustibles fósiles que en un mundo de reservas limitadas, adquieren cada vez mayor importancia. Y América del Sur prefiere más gestionar sus riquezas ella misma, que entregarlas a terceros.
En el subcontinente se dan desplazamientos que indican que la región quiere caminar por su propio rumbo. La creación de Unasur a finales de mayo es una clara manifestación de ese deseo. Unasur, inspirado en el modelo de la Unión Europea, reune a doce países. Estos prometen en el tratado de creación mantener la paz en los respectivos territorios, reconocer mutuamente la soberanía, y respetar el carácter multicultural y multiétnico de los diferentes países. Por lo demás, Unasur pretende estimular la integración en infraestructura, energía y comercio, y los miembros desean colaborar estrechamente en el plano económico, político, social y cultural.
Por encima de aburridas declaraciones de intenciones y la hermosa retórica, este proyecto de integración es más que sólo teoría. Entre Brasil, Argentina, Venezuela y Bolivia ya hay proyectos comunes sobre temas de energía. Petrosur fue creado por iniciativa de Venezuela para cooperar en lo referente a las reservas de petróleo. Y mientras tanto, ya existe el Banco del Sur, que gracias a los petrodólares de Venezuela, dona créditos a países como Bolivia y Ecuador- que de esta manera se vuelven menos dependientes del Fondo Monetario Internacional.
Todas estas maniobras de acercamiento vienen a ocupar el lugar del Área de Libre Comercio (ALCA), un proyecto por el que los Estados Unidos han estado presionando en vano durante años. Mientras tanto, países como Ecuador y Bolivia se apuntan a la Alternativa Bolivariana promovida por Venezuela, y basada en la complementariedad y no en la competencia.
La lucha de Evo Morales en Bolivia atestigua sobre la difícil marcha de la metamorfosis, aunque allí los cambios se puedan calificar como históricos. Laura Carlsen, analista de Latinoamérica para el Center for International Policy: “Por toda Latinoamérica, los intentos por conseguir una sociedad más justa y pacífica tropiezan con innumerables obstáculos internos y externos. Pero lo que llama la atención son los esfuerzos por conseguir cambios exhaustivos. Y la definición de ‘esperanza’ no es la medida del éxito garantizado, sino la fuerza de la idea nueva”.
Pretexto peligroso 
En este esbozo del nuevo contexto, tanto Ecuador como Venezuela (considerados como fieles aliados) se encuentran en una situación embarazosa debido a la guerrilla colombiana. Si bien es cierto que la liberación de Ingrid Betancourt fue uno de tantos duros golpes que han sufrido las Farc, el grupo guerrillero todavía no está fuera de juego.Juan Munévar, del International Crisis Group, señala que el trabajo que aún queda es inmenso. “El éxito militar de los meses pasados sólo dará frutos si va acompañado con una estrategia política”.
Aún quedan cientos de secuestrados. Y aunque los rebeldes abandonan el grupo en masa, las Farc, con sus ocho mil efectivos, sigue siendo un ejército fuertemente armado que todavía sabe reclutar jóvenes en el campo. También el general Mueller Rojas piensa que a las Farc todavía le queda juego. Grande fue la sorpresa cuando a principio de junio, Hugo Chávez se distanció de las Farc y las denominó ‘un anacronismo’. “La era de la lucha armada en Latinoamérica ya pasó”, según Chávez. Rafael Correa, presidente de Ecuador, lo secundó.
Durante los meses anteriores, Chávez se  había visto en aprietos cuando, tras una incursión en un campamento de las Farc, se encontraron en unos ordenadores portátiles confiscados ‘pruebas irrefutables’ del apoyo económico y militar de Chávez a las Farc. Además, aquellos archivos de ordenador aparecieron justo en un momento en que la popularidad de Chávez en Venezuela estaba debilitandose. Primero había perdido un referéndum sobre una reforma constitucional que permitiera reforzar el carácter socialista del estado Venezolano. Posteriormente, el pueblo rechazó radicalmente una propuesta para la politización de la universidad, y a principios de junio, Chávez tuvo que retirar una proposición de ley que concedía mayores competencias a los servicios de inteligencia (la llamada “Ley Gestapo”).
Con vistas a las elecciones locales de finales de noviembre, sería importante para Chávez reforzar su imagen y realizar unas pocas concesiones populistas (de ahí el cambio de actitud respecto a las Farc). Además, su amigo Fidel Castro opina desde hace años que las Farc mejor se desarmaran. Y junto a ello, hay otros motivos que no sólo conciernen a Venezuela. “Ustedes, desde las Farc, tienen que tener una cosa muy clara:  representan una excusa para el Imperio para amenazarnos a todos”, declaró el lider venezolano. Colombia es hoy el aliado más fiel de ese “Imperio” en la zona, y desde Colombia Venezuela queda muy cerca. Y también Bolivia y Ecuador, y otros regímenes parecidos.