Las empresas agrícolas en la región de los Great Plains en los EE.UU., entre ellos Iowa y Nebraska, se están reactivando de una manera inaudita, especialmente por la producción creciente del maíz que reemplazó a la soja en muchos lugares. Según el Wall Street Journal el ingreso anual total del sector agrícola durante los últimos años, fue de un promedio de 61.1 mil millones de dólares por año. Se espera una suba con el 50% en el año 2008.
Los altos precios de granos son la consecuencia la demanda en aumento de China e India, pero también del mercado creciente de los bio combustibles. En los EE.UU. una tercera parte del maíz se destina a la producción de bio etanol. Poderosos de todo el mundo, como el creador de Microsoft Bill Gates, los dueños de Google, Larry Page y Sergej Brin, y George Soros, gurú de la Bolsa de Valores, han invertido su capital en la compra de grandes extensiones de tierra y en acciones de empresas productores de bio combustible, un rubro en plena expansión. La empresa suiza Syngenta, especializada en semillas, agroquímicos y otros productos agrícolas, tuvo un incremento de sus ganancias de 75% el año pasado. Las ganancias de Cargill, Pioneer y ADM se elevaron enormemente. Pero no todo es color rosa. Hay varios puntos de discusión, como si es ético usar granos comestibles para combustible y si eso es bueno para el medio ambiente. También surge el tema de los subsidios para bio combustible, por las ganancias gigantescas de las multinacionales de granos. En los EE.UU. el candidato a presidente republicano, McCain, criticó fuertemente los subsidios al etanol, probablemente se reformarán los subsidios a la agricultura. En la Comunidad Europea, Alemania estaba en primer lugar en cuanto a la producción de bio combustible. Ese mercado recibió un fuerte golpe porque el Gobierno de Merkel suprimió los subsidios para el bio diesel. En consecuencia el bio combustible alemán es ahora más caro que el combustible de origen fósil. En Bélgica no, pero en Alemania es obligatorio de mezclar con 5%. El mercado alemán es saturado por el bio diesel de los EE.UU. que entra al país sin impuestos a la importación. Obviamente resultan perjudicados los agricultores alemanes que apostaron a la producción de bio combustible. (Alma De Walsche)