Ecuador y el modelo Correano

Hace siete años se escribió una nueva página en la historia del Ecuador.  Tras un subdesarrollo histórico y un decenio de inestabilidad política, Rafael Correa conduciría a Ecuador hacia un nuevo futuro, ya no una república bananera o petrolera, sino una sociedad del conocimiento. Sin embargo tanto impulso renovador choca hoy contra sus límites. Hay decepción y frustración, y falta de dinero. Son penas de crecimiento, inherentes al proceso o hay un descarrilamiento del mismo?  Y hasta que punto puede un país, incrustado en el capitalismo globalizado, hacer una reforma revolucionaria?  MO* se fue a la perla de los Andes para medir la temperatura por momentos muy ardiente de la revolución ciudadana.

  • Presidencia de la República del Ecuador (CC BY-NC-SA 2.0) Presidente Rafael Correa sigue siendo muy popular en las estadísticas. Presidencia de la República del Ecuador (CC BY-NC-SA 2.0)
  • © Alma De Walsche Para Dora Bravo Rafael Correa es un orgullo para su país. © Alma De Walsche
  • © Alma De Walsche Afiliados de Alianza País en Quito, Sabatino en colegio Montúfar. © Alma De Walsche
  • © Alma De Walsche Manifestación en Cuenca. © Alma De Walsche
  • © Alma De Walsche Alberto Acosta, ex-ministro, critica al regimen. © Alma De Walsche
  • © Alma De Walsche Los indignados Ecuatorianos. © Alma De Walsche
  • © Alma De Walsche Manifestación multitudinaria en Cuenca. © Alma De Walsche
  • © Alma De Walsche Los indígenas de Cuenca reclaman respeto y reconocimiento. © Alma De Walsche
  • © Alma De Walsche Festival del Trabajo de parte de Alianza País, en Cuenca. © Alma De Walsche
  • © Alma De Walsche Manifestación en Cuenca. © Alma De Walsche
  • © Alma De Walsche Las señoras Lucha, Mariana y Maria siguen luchando en el campo en Cumbilla (Chimborazo). © Alma De Walsche
  • © Alma De Walsche Freddy Ehlers, Secretario del Buen Vivir va por sus propios senderos. © Alma De Walsche

Rafael Correa es hoy en día el presidente que ha gobernado por más largo periodo desde el regreso de la democracia en 1978.

Bajo su régimen, Ecuador se ha convertido en un país moderno, escalando, según estadísticas internacionales, de un país subdesarrollado a un país de ingreso medio.

Esta evolución salta a la vista y ha penetrado hasta los rincones más lejanos, que han sido asfaltadas las carreteras, se ha instalado luz eléctrica y las comunidades indígenas gozan de mayor accesibilidad.

Incluso, los shoppingmalls en las grandes ciudades y los embotellamientos en el tráfico.  El sistema de educación ha pasado por una profunda revisión y un millón de personas han salido de la pobreza, de una población de 15 millones.

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Para Dora Bravo Rafael Correa es un orgullo para su país.

Por esta transformación, los ecuatorianos también han premiado al presidente: en las elecciones presidenciales del 2013 Mashi Correa, como es llamado en lengua quichua,  alcanzó una absoluta mayoría ya en la primera vuelta. Sin embargo, las cosas están cambiando. En las elecciones locales en febrero 2014 su partido Alianza Pais (AP) tuvo que aguantar una indudable derrota. Hoy en las 10 ciudades más importantes de Ecuador está surgiendo la oposición y el 17 de septiembre, por primera vez en todos esos años, la gente salió masivamente a la calle a protestar, pues ya no tienen confianza en que el experimento llegue a un buen término.

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Afiliados de Alianza País en Quito, Sabatino en colegio Montúfar.

Prohibido olvidar

‘Somos  Correistas!’ Greta lo dice con un convencimiento absoluto. Esta belga vive ya más de 40 años en Ecuador, ha trabajado siempre en la embajada y es casada con un medico ecuatoriano. ‘No podemos olvidar como ha sido en el pasado!’ Prohibido olvidar, es uno de los slogans de Rafael Correa.  El salario mínimo ha subido hasta 540 dólares. La seguridad social se ha actualizado y es obligación de las empresas e instituciones afiliar a sus empleados. El sistema de impuestos ha sido reformado profundamente. Se ha invertido en salud pública: más de 3000 doctores ecuatorianos en el exterior han regresado a su país y se han añadido otros 300 doctores cubanos.

‘Pero la restauración conservativa también es real’ prosigue Greta: ‘Desde Perú y los EE.UU los medios ecuatorianos son bombardeados con crítica barata e infundada. Estas tienen resonancia entre los que tradicionalmente han tenido una  condición económicamente privilegiada y que con las reformas, estos privilegios se han visto recortados.  Somos Correistas no porque lo necesitemos financieramente sino porque hoy hay más justicia social que antes.’

Dora Bravo, profesora y viviendo en Quito, está completamente en la misma línea. ‘Antes aplicaba la regla: “Ultimo día de despotismo y el primero de lo mismo”. Vivíamos en la oscuridad. Cuando Abdalá Bucarám fue presidente (agosto 1996, en 1997 fue derrocado por el pueblo) fue la primera vez que me quise ir de Ecuador. Este país ha cambiado, somos testigos del nacimiento de un nuevo país y eso genera oposición porque algunos sólo hasta ahora se dan cuenta de que se trata de algo realmente nuevo.  El presidente es una personalidad fuerte que se atreve a  ir contra grupos de poder y además posee el don de la comunicación.  Es la primera vez en mi vida que estoy inclinada a admirar a un presidente. En mi opinión, puede seguir como presidente. Lo único que le puedo criticar es que a veces tiene que bajar un poco la voz.’

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Manifestación en Cuenca.

Salir del petróleo

Cambia, todo cambia. Esta hermosa canción de Mercedes Sosa es la canción de Rafael Correa y se oye en todas las manifestaciones públicas de su partido. En este país todo está en un proceso de transformación: reestructuraciones en la educación y las pensiones;  en la policía y el ejército; en el mercado laboral; en los medios, en el panorama político y en las organizaciones sociales. Inclusive el modelo económico tiene que cambiar. Desde la reelección de Correa en 2013, se ha hecho énfasis en el “cambio de la matriz productiva” y “cambio de la matriz energética”.

Cambia, todo cambia. Todo está en un país en un proceso de transformación.

Desde agosto se ha iniciado una campaña del gobierno para  estimular  entre los ecuatorianos - 3,5 millones de hogares- el reemplazo de sus estufas de gas por cocinas de inducción, pues el gobierno quiere deshacerse de los subsidios anuales para el gas.  Es una medida audaz que parece actual y ecológico: eliminar los subsidios para los combustibles fósiles y reemplazarlos por  energía verde. La electricidad para las placas de inducción será producida por una de las cuatro hidroeléctricas que  están en construcción y que serán puestas en marcha entre 2015 y 2016. Los primeros tres años esta electricidad será aun subsidiada y después los consumidores pagarán el precio completo.

Sin embargo, la razón más importante es en realidad reorientar los subsidios. En 2013 Ecuador pagó 6,6 mil millones de dólares en subsidios, de los que 68, 75 % fueron por combustible (diesel, gasolina y gas). Ecuador es un país petrolero pero tiene  insuficiente capacidad de procesamiento, por lo cual se importa el gas desde Panamá, Perú, Argentina, EE.UU y Nigeria. 

Estos altos subsidios son aún secuelas de la dictadura en los años 70 cuando el boom del petróleo arrancó y nunca antes un presidente se ha arriesgado a  revertirlos.  Las placas de inducción tendrían también que ser producidas por empresas ecuatorianas para así estimular la propia industria.

Pero la reacción de la gente no ha sido realmente un éxito. La instalación, con sus debidas ollas de cocción,  es cara y también tiene que ser adecuada: las  placas de inducción funcionan a 220v mientras que ahora la red fucciona con 110v. Estos son solo algunos ejemplos de los esfuerzos para salir del petróleo.

Mauricio León es economista y experto vinculado al Ministerio para el Cambio de la Matriz Productiva. ‘Desafortunadamente después de 7 años seguimos  siendo una economía que aun depende en gran medida del petróleo. Éste representa el 60% de los bienes que se exportan y el 11%  del PIB. Somos un país dolarizado y dependemos fuertemente de la exportación del petróleo para el ingreso de divisas extranjeras.  Pero Ecuador no es Venezuela. Tenemos  petróleo aun para 15 a 20 años y eso es todo. Los próximos años tenemos que diversificar nuestra economía y esa transición tiene que ser  financiada con dinero del petróleo’. La más grande amenaza  y vulnerabilidad en este momento es una baja del precio del petróleo, según León. Y es eso precisamente lo que esta sucediendo, pues el precio ha bajado de más de $100 por barril a $84 hoy.

Para tener más capacidad de procesamiento pronto se iniciará  la construcción de una nueva refinería en la ciudad costera de Manta con el costo de 10.000 millones de dólares.  Una gran parte de este dinero  ha sido un préstamo de China y será pagado en parte en dinero y en parte con suministros de petróleo. Una parte más pequeña será financiada por Venezuela y el resto es a cargo del Estado.

La dependencia del petróleo y las obligaciones de pago a China fueron las principales razones porqué Ecuador se vio en la obligación de ir a explotar las reservas de petróleo del parque natural Yasuní.  Durante seis años se llevó a cabo una campaña internacional para conservar ese petróleo en el subsuelo  a cambio de una compensación parcial por parte de la comunidad internacional.  Ecuador recibió elogios de muchas partes  por esta iniciativa y estuvo en la mira en diferentes conferencias sobre el clima a nivel mundial. En agosto 2013 el presidente Correa dio a conocer que de todas formas Yasuní sería explotada “porque la respuesta de la comunidad internacional no fue suficiente” y “porque era necesario para derrotar la pobreza”.

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Alberto Acosta, ex-ministro, critica al regimen.

La dependencia petrolera de Ecuador es un dilema. El gobierno está en búsqueda de alternativas pero el contexto es complejo y el mundo aun gira alrededor del petróleo. Alberto Acosta, profesor de economía FLACSO en Quito, es uno de los pioneros de esta revolución ciudadana. Acosta fue ministro de Energía y Minas en el primer periodo del gobierno Correa en 2007 y después presidente de la Asamblea Nacional Constituyente. Fue también uno de los creadores  de la iniciativa Yasuní. Hoy ya no hace parte del gobierno Correa y se ha vuelto incluso un crítico frontal de éste. 

Le presento a Acosta el argumento del economista  sur coreano Ha-Joon Chang quien también fue consejero del gobierno ecuatoriano en el pasado. Corea del Sur ha realizado un proceso de desarrollo que atrae la atención del Ecuador.  Dice Ha-Joon Chang que si un país quiere salir del subdesarrollo, no tiene muchas alternativas: o explota su capital humano o, como lo hizo Corea del Sur, explota su riqueza natural. Alberto Acosta está en total desacuerdo con esto: ‘es una gran mentira pretender  salir de la lógica petrolera explotando más petróleo! Es como si un medico quiere sanar a un adicto prescribiéndole dosis más altas. Ecuador no puede parar de explotar petróleo de un día para otro pero querer salir del modelo petrolero y mientras tanto explotar nuevos territorios es una contradicción. Simplemente no hay una política para salir del modelo extractivista.’

El desarrollo de la minería es otro dilema. Forma parte del cambio de la matriz productiva que tiene como objetivo salir del petróleo.  El objetivo es desarrollar una política industrial propia, con la propia producción de acero y metales. Por el momento se adelantan estudios de factibilidad llevados a cabo por estos sectores pero todo esto choca con “los derechos de la naturaleza” como se reconocen en la constitución.

Al principio Ecuador tenía también una ley de minería que impuso leyes estrictas a las empresas mineras pero se ha visto obligado para flexibilizarla porque las multinacionales mineras han dejado de lado a Ecuador y se trasladaron a Perú o Bolivia.

República bananera y la Unión Europea

Ecuador también quiere ampliar sus propias cadenas de producción de café, cacao,  fruta, productos lácteos, farmacéuticos y software. Un plan generoso.  Justo en agosto Ecuador ha terminado una negociación para un tratado comercial con la Unión Europea, sin embargo, este acuerdo pone condiciones a Ecuador que se oponen diametralmente al desarrollo de  cadenas de producción propias.  El mercado ecuatoriano será inundado por empresas europeas y no tendrá oportunidad de desarrollo.  Al respecto Mauricio León afirma: ‘Se ha debatido fuertemente sobre este acuerdo. Sobre todo temas de licitación pública y derechos de propiedad intelectual y patentes son los más sensibles.  Me temo, efectivamente, que habrá un impacto negativo.’  

Como Ecuador ha sido calificado durante tres años seguidos por el Banco Mundial como país con ingreso medio-alto,  ha perdido la tarifa preferencial del GSP (General System of Preferences) para el mercado europeo.  Esto significa que, por ejemplo, el banano paga la tasa de importación completa cuando entra a Europa.  Colombia, que ya tiene un acuerdo con la UE, no debe pagar este impuesto. La no conclusión de un acuerdo con Europa eliminaría el sector bananero y pondría en la calle a 300.000 desempleados. Los camaroneros también tendrían que pagar 120 millones de dólares al año por tasas de importación.

© Alma De Walsche

Los indignados Ecuatorianos.

Ecuador como sociedad del conocimiento

Ambicioso como es, Rafael Correa sueña con llevar a su país hacia una sociedad del conocimiento con instituciones que hagan parte de los rankings internacionales. 
Actualmente se están construyendo 200 nuevas instituciones educativas, las llamadas Escuelas del Milenio y la renovación de 200 escuelas más.  El cuerpo docente ha sido sometido a exámenes por garantizar la calidad y los profesores tienen que registrar su presencia en las mañanas al llegar con huella del dedo. En 17 colegios se puede alcanzar un “diploma de bachillerato internacional” y dentro de poco se unirán 9 más.  Jóvenes con un diploma de este tipo pueden seguir sus estudios sin ningún problema en el exterior.  En el momento hay 8000 estudiantes ecuatorianos becados en el exterior.

Las universidades  también están siendo reestructuradas y dentro de este proceso han sido cerradas 14 universidades y 86 de sus respectivos campus porque no cumplían los estándares.

Cuatro universidades nuevas se convertirán en la marca de promoción de toda esta operación educativa. La más importante es Yachay que está ubicada a unas dos horas de Quito en la provincia de Imbabura. En la provincia Napo se construirá la Universidad Amazónica Ikiam, especializada en la riqueza de la biodiversidad.  Azogues contará con la Universidad de la Educación  y Guayaquil a  su vez con la Universidad de las Artes.  Para darle un impulso al mundo académico se han traído académicos extranjeros a través del programa Prometeo. Sin embargo, este programa ha provocado cierta frustración de académicos nacionales porque  los profesores  e investigadores Prometeo reciben un sueldo casi el doble del sueldo de los académicos ecuatorianos.

Yachay es sin duda el proyecto más ambicioso -según algunos, un elefante blanco-  que absorbe billones. Preconcebida como una ciudad del conocimiento para investigación, desarrollo e innovación tendrá una universidad, habrá una parte prevista para empresas, laboratorios y unidades de vivienda. Los críticos de este proyecto se preguntan si tiene sentido, para un país como Ecuador, querer entrar a competir con los EE.UU o Singapur.

Otras voces aseguran que el proyecto sólo puede ser financiado con recursos de investigación de las más grandes multinacionales y entonces, ¿que tipo  de desarrollo alternativo se estaría estimulando? El TLC con Europa hace que el desarrollo del propio conocimiento en Ecuador se hace muy difícil.

Pero Yachay es el sueño del presidente y debe llevarse a cabo.

© Alma De Walsche

Manifestación multitudinaria en Cuenca.

Problemas de dinero

Tantos planes y proyectos exigen un montón de energía, empeño de los trabajadores y discusiones agotadoras. Mientras estuve en el Ecuador, tres ministros renunciaron a su cargo en el lapso de dos semanas. Éste no es un fenómeno anormal aquí pues la presión es enorme y el presidente muy exigente.

La construcción del nuevo modelo devora también montones de dinero para los programas sociales, la transición energética, la adaptación productiva,  la educación y el desarrollo, y el aparato estatal que inclusive ha crecido hasta un ejército de 500.000 funcionarios públicos.

En un primer periodo del gobierno Correa tenía acceso a ese dinero. El precio del petróleo había subido y Correa había renegociado los contratos con las empresas petroleras para que un porcentaje más grande de la ganancia fuera destinado al Estado.  El presidente apeló también al fondo petrolero que se había ahorrado en el pasado. El sistema de impuestos fue reestructurado lo que creó muchos ingresos. Y un gesto genial de Correa fue que  hizo una auditoría de la deuda externa lo que generó una reducción de un 30% del pago total.

Hoy la situación es diferente: el precio del petróleo ha bajado y los recursos del fondo petrolero se han terminado.  Correa, cuando entró a la presidencia, quiso poner fin a “la larga noche del neoliberalismo”, rompiendo relaciones con el Banco Mundial y el FMI considerándolos como enemigos. Por tal razón, Ecuador se sirvió de préstamos de China. Lamentablemente los intereses con éste país son de 7% o más cuando los del Banco Mundial de 4 %. Entretanto también fue alcanzada el máximo de la línea de crédito con la China. En agosto Ecuador pidió aprobación  al FMI para ofrecer bonos al mercado por 2 billones de dólares. A cambio, se tuvo que dar en garantía la mitad de las reservas del oro que tiene Ecuador a Goldman Sachs. Correa también regresó a golpear la puerta del Banco Mundial para un préstamo de 1000 millones de dólares.

La dolarización le impide al Ecuador aplicar  su propia política monetaria, sin embargo con el fin de salirle al paso a esto, se ha lanzado una forma de dinero electrónico conectado al Banco Central. El objetivo es crear un periodo de transición para llegar finalmente al “dólar ecuatoriano”.  Al respecto Alberto Acosta señala: ‘Estoy completamente de acuerdo con esa medida del presidente. Es totalmente necesario volver a aplicar una política monetaria propia. Dentro del capitalismo, el espacio para la autonomía es muy reducido y se va perdiendo cada vez más, entonces tiene que hacerse algo al respecto.’

El pueblo siempre más apretado

La creatividad para conseguir dinero es muy grande y va muy lejos. De ahora en adelante las remesas que son enviadas por los emigrantes desde el extranjero  tendrán que pagar impuestos.  Las plazoletas de comidas rápidas en los shoppingmalls, consideradas por el presidente como minas de oro,  deben destinar una parte de sus ganancias para el Estado. En el booming bussiness de la telefonía móvil aplica la regla de que al final del año el 15% de las utilidades es repartido entre los empleados, sin embargo el gobierno quiere modificarla: 3% para los empleados y el resto para el Estado. Los profesores que se jubilan en este momento no les pagan de inmediato su pensión, a cambio son consolados con un paquete de bonos con el valor de 50.000 dólares los cuales se pueden cobrar dentro de 15 años.  El objetivo es vivir de la renta mientras tanto. Sin embargo, en 15 años puede suceder cualquier cosa si uno ya tiene cierta edad.

Todo esto provoca frustración. Demasiados cambios en tan poco tiempo y tan arbitrarios.  Se le reprocha al presidente también la falta de diálogo y la imposibilidad de tolerar la crítica. Los principales sectores víctimas de esto son los medios y las organizaciones de la sociedad civil.   Es de conocimiento general que los grandes grupos de medios en los llamados países de izquierda en Latino América (desde Argentina y Brasil, Ecuador y Bolivia hasta Venezuela) utilizan permanentemente su poder para hacer oposición de derecha y llevar a cabo campañas de difamación.  La nueva ley de medios del Ecuador establece límites al respecto, sin embargo, Correa es hipersensible. Una caricatura del presidente o una critica a una u otra medida es públicamente castigada en sus famosas “sabatinas”. 
Por ende los periódicos y revistas que quieren seguir funcionando  se ven obligados a aplicar autocensura.  Decio Machado trabajó dos años como coordinador de la comunicación del presidente y actualmente es periodista freelance. Machado comenta en una larga conversa: ‘El poder de los grandes grupos de medios se ha roto, pero en lugar de eso no tenemos una prensa libre y objetiva sino una prensa dependiente del gobierno con diferentes periódicos, canales de televisión y radio y además un montón de medios que se autocensuran para sobrevivir.’ 
Contrasta del liderazgo que Rafael Correa quiere tener hacia afuera como defensor de la libre expresión, dando acogida a Julián Assange en la embajada Ecuatoriana en Inglaterra.

El otro blanco son las ONG’s.  La versión oficial es que ya no se precisa a estas ONGs por lo que la mayoría de las tareas en las que ellas intervienen son amparadas por el gobierno.  En la práctica, la situación se les pone difícil cuando se involucran con política o tienen cierto escepticismo hacia la gestión del gobierno.  El decreto 16, que fue promulgado el año pasado, representó el golpe mortal para Pachamama la ONG que apoyó la campaña sobre Yasuní. Este decreto establece condiciones tan exigentes que diferentes organizaciones no pueden responder a ésta. Gracias a la financiación extranjera Pachamama pudo resurgir como consultor y bajo otro nombre. Pero esta financiación se agota a medida que Ecuador pertenece a los países económicamente mejores y a medida que la crisis  ataca en Europa.

© Alma De Walsche

Los indígenas de Cuenca reclaman respeto y reconocimiento.


Una de las ONG que se ve menos afectada por este decreto es Veco que se dedica  al desarrollo de las cadenas productivas. Al respecto analiza Johana Renkens, coordinadora de esta ONG en Ecuador: el gobierno ha requerido de nuestro conocimiento y de nuestras redes de trabajo local.  Tanto el ministerio de Agricultura como el de Comercio Exterior nos han pedido colaborar con proyectos locales. Nuestro trabajo está completamente en consonancia con lo que hace el Ministerio de economía social y solidaria.”  El único inconveniente según Renkens es que pierde su personal en las vacantes de las instituciones del gobierno.

Encuentro a Eduardo Pichilingue entre muchas cajas en su oficina. Pichilingue es coordinador de CDES, una ONG que defiende los Derechos Colectivos de los indígenas y también está relacionado con la Campaña Yasuní. Al parecer debe mudarse forzosamente. “Reunimos fuerzas para sobrevivir” señala Pichilingue. “El futuro no se ve prometedor. Si en las próximas elecciones asume el cargo  un presidente de derecha, se encontrará con una sociedad civil totalmente debilitada y golpeada. Acabo de llegar de Bolivia y allá ocurre el mismo proceso. En la medida que estos gobiernos no han podido realizar cambios fundamentales, quieren también deshacerse de las ONG’s que los pueden cuestionar.  Este gobierno no es seguramente el peor, no queremos otro presidente. Solo queremos que se hagan ajustes”.

Este lamento se escucha por doquier, también inclusive dentro de los círculos de Alianza País.  Después de la derrota de las elecciones locales en febrero del 2014, el gobierno y el partido fueron  llamados por el Foro de las Comunas a hacer una reflexión profunda. Este foro es un conjunto de ciudadanos comprometidos, académicos y funcionarios. En abril entregaron al presidente un manifiesto con 12 puntos en los que se pone el dedo en la llaga y se hace un llamamiento al diálogo y la colaboración con la sociedad civil.

Criminalización de la protesta

El 17 de septiembre los ecuatorianos se tomaron las calles del país con todas sus frustraciones. Fue la primera protesta masiva contra este gobierno que fue convocada por la cúpula de sindicatos, organizaciones indígenas, sociales y estudiantes. Uno de los slogan mas escuchado fue: “Correa, escucha, el pueblo está en la lucha”. Esta manifestación se dió ante todo contra propuestas de reformas laborales que restringirían derechos de los trabajadores. Pero también se ventilaba críticas contra la minería, el tratado de comercio con Europa, la venta de liquidación a China, la perdida de suelos agrícolas por grandes proyectos como las presas y para cultivos energéticos; contra la supresión de los subsidios para el gas y las reformas al sistema de pensión.

© Alma De Walsche

Festival del Trabajo de parte de Alianza País, en Cuenca.

Justo el mismo día del paro el presidente Correa también había hecho un llamado a sus seguidores -compañeros de partido y funcionarios-  para salir a la calle para “El Festival del Trabajo”, lo que fue asumido como un acto confrontante. Esa noche terminó en serios incidentes en Quito.  Una gran cantidad de jóvenes provocaron disturbios en la plaza histórica de San Francisco y lanzaron adoquines.  También alrededor del colegio Montufar se presentaron  incidentes con jóvenes que lanzaron cocteles Molotov. Un buen número de jóvenes fue detenido.

El sábado después se emitió el Sabatino desde el colegio Montufar, fuertemente controlado con policías y militares.  Cuando me bajé del taxi para presenciar la emisión en vivo y vi las filas de militares, escuché a alguien decir: ‘Qué pasa?  Golpe de Estado o qué?”  Así se sentía la atmósfera en ese momento.

© Alma De Walsche

Manifestación en Cuenca.

“No necesitamos jóvenes que lancen piedras sino que lancen ideas”. Este fue el hilo conductor de la pronunciación de Correa durante toda la emisión. ‘Se culpa al gobierno de la criminalización de la protesta, pero son protestas criminales.’
Y con este argumento hechó toda la legitimidad de la manifestación por el suelo.  Según la interpretación del presidente, todos los hechos presentados son provocados por el proyecto de restauración conservadora o derechista, también por jóvenes que son manipulados, lideres de sindicatos que mienten y grupos que “no pueden ganar en las urnas”.

Durante la emisión, partidarios de Alianza País a menudo interrumpieron el discurso del presidente con la consigna “Reelección!”.  La reelección del presidente es una de las 17 propuestas para la reforma de la constitución a petición del parlamento, en el que Alianza País tiene la mayoría absoluta.  Otros asuntos contenidos en esta petición son el dar más facultad policial al ejército y permitir los organismos genéticamente modificados (OGM) en la agricultura. La corte constitucional tiene que pronunciarse sobre la pregunta si el parlamento puede decidir sobre esas reformas o si se tiene que consultar al pueblo en un referendo.

Pero el presidente no se inclina por éste último: ‘La reelección es lo que menos me interesa’ dice Correa en su programa del sábado. ‘Todos somos necesarios pero nadie es imprescindible. Sin embargo, la restauración de la extrema derecha, que llegaría al poder después de mí, querrá destruir la revolución. Por mi personalmente, no es necesaria la reelección pero si el proceso lo exige entonces allí estaré. Estoy dispuesto a dar mi vida por esta revolución’. Lo ha dicho en varias ocasiones y lo dice en serio.

‘El presidente ha llegado a un punto en el que no se puede imaginar sin poder. Le teme a que llegue el momento en que la gente no crea más en que “con Correa todo es posible”, señala Felipe Abril quien pertenece a Ruptura 25, un movimiento que surgió después de la dictadura y que fue parte de Alianza País en los primeros años.

¿Qué es lo que ha sucedido con el proyecto revolucionario? ¿Con el sueño plasmado en la constitución más progresista del mundo en la que se reconocen los derechos de la naturaleza  y “el buen vivir” como paradigma a seguir?

‘Hoy ya se trata de un modelo muy diferent,’ analiza el profesor de economía de la Universidad de Cuenca, Fernando Carvajal.  ‘El gobierno Correa simboliza una modernización del capitalismo que eleva a Ecuador y le da conexión con el capitalismo internacional.  Después del neoliberalismo de los años 80 y 90 el capitalismo internacional tenía necesidad de una dinámica nueva, un Estado fuerte para poner las cosas en orden’. 
Alberto Acosta de la Universidad FLACSO en Quito opina en la misma línea: ‘Este no es un gobierno de derecha, no es neoliberalismo, sino un capitalismo moderno con un líder que cree totalmente en el progreso pero en un modelo lineal de progreso. Esto es diametralmente opuesto al concepto del “buen vivir” de un Estado pluricultural.  Ser revolucionario hoy significa ser extremadamente democrático, ecológico, abierto y respetuoso. En lugar de un proyecto alternativo tenemos aquí entonces un caudillo del siglo XXI que ha manejado el sueño de muchos a su antojo para anclar su propia posición de poder.’

© Alma De Walsche

Las señoras Lucha, Mariana y Maria siguen luchando en el campo en Cumbilla (Chimborazo).

El Buen Vivir

No es tan evidente encontrar la locación en el complejo de los edificios del antiguo aeropuerto de Quito. No hay banderas o rotulos impresionantes sino un modesto tablero con letras debajo de un cobertizo. Allí se encuentra el ministerio del Buen Vivir. 
Tengo una cita con el ministro Freddy Ehlers quien ha trabajado durante 40 años como periodista y documentalista con atención especial a temas sobre el medioambiente. Le pregunto como se ha traducido “el buen vivir”-concepto prestado de la filosofía indígena- a una agenda política.  Ehlers hace un gran preámbulo: ‘El Buen Vivir significa felicidad y vida en armonía con los congéneres y la naturaleza. La modernidad no cumplió las expectativas anheladas. El hambre de lucro ha creado un mundo que padece bajo la desigualdad. Tenemos que enfocarnos mucho más en la felicidad de la gente. Todas esas cosas materiales no hace a la gente feliz. No se debe confundir crecimiento con desarrollo’.

© Alma De Walsche

Freddy Ehlers, Secretario del Buen Vivir va por sus propios senderos.

Bien, pero como traduce usted eso entonces a la gente que no tiene sus necesidades básicas satisfechas? ‘Sobre este tema tengo discusiones con el presidente,’ continua Ehlers. ‘Según él, la pobreza es lo peor que puede haber, pero yo creo que el afán de consumo es igual o aun más grave.  El modelo capitalista destruye el planeta y la pobreza debe ser erradicada, pero la dignidad es más importante para los pobres que la acumulación de bienes materiales.’

E la política del gobierno es orientada hacia el Buen Vivir?  ‘No,’, responde Ehlers sin rodeos. ‘Por el momento se trata solo de discurso y buenas intenciones. Ecuador está incrustado en la globalización, una globalización que no manejamos sino que maneja a nosotros y que nos adoctrina con publicidad a cada momento del día y hasta en los  rincones más lejanos del mundo.  Lo que pretende el ministerio es entonces sensibilizar sobre esta temática.  Por el momento estamos elaborando una campaña, con folletos y programas de televisión,  sobre una escala de valores diferente. Queremos volver a hablar sobre honestidad, bondad, solidaridad, responsabilidad, paciencia, paz. Es más una revolución del espíritu, una revolución cultural la que tenemos en mente.’

Conversamos un largo tiempo. Una señora le viene buscando y susurra algo al oído del ministro. Después dice: ‘Son las doce del día, a esta hora hacemos 20 minutos de meditación Zen para los que quieran participar.’ Me invita a participar. Al inicio de la sesión Ehlers propone que yo lea el texto del día, un párrafo en el libro de Eckart Tolle En Unidad con la Vida. Lluego nos quedamos en silencio por 20 minutos, cada uno inmerso en sus pensamientos.
Al terminar le pregunto por qué hace eso. “Refresca la mente. También lo hacen en Google”, responde Ehlers. ‘Pero sobre todo: Zen es el mejor remedio para combatir el ego. Y el ego es el problema más grande tanto en matrimonios como en presidentes’.

Adriana Luna ha traducido este artículo.

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Over de auteur

  • Latijns-Amerika & ecologie
    Alma De Walsche schrijft over ecologische thema’s, van klimaat- en energiebeleid, over landbouw- en voedsel tot transitie-initiatieven en baanbrekers. Ze volgt al enkele decennia Latijns-Amerika, met een speciale focus op de Andeslanden.

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